La reciente bendición del Papa León XIV en una conferencia sobre ecología ha suscitado interrogantes entre los fieles católicos, quienes perciben un enfoque más pagano que cristiano en sus palabras.
El Papa León XIV ha generado sorpresa y debate tras su intervención en una conferencia internacional sobre justicia climática celebrada el 1 de octubre en Castel Gandolfo. En un discurso que evocó el estilo de su predecesor, el Papa Francisco, el Santo Padre instó a los participantes a una "conversión ecológica", enfatizando la necesidad de pasar "de las cifras a los actos". Este enfoque ha provocado inquietud entre numerosos católicos que consideran que la prioridad de la Iglesia debería ser la primacía de Cristo en su misión.
Durante la ceremonia, el Papa Prevost hizo hincapié en la responsabilidad de las asociaciones y ciudadanos para "presionar a los gobiernos", utilizando un lenguaje que recordaba más al de las grandes ONG que al de la Iglesia. Esta orientación ha generado preocupación entre los fieles, quienes consideran que la misión de la Iglesia es clara: "Id, enseñad a todas las naciones, bautizadlas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo" (Mt 28,19). La Iglesia, según ellos, no fue instituida para salvar el planeta, sino para salvar las almas, como lo recordó Cristo: "Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura" (Mt 6,33).
El evento, caracterizado por música suave y gestos rituales improvisados, dejó a muchos católicos con la impresión de asistir a una celebración más naturalista o pagana que cristiana. La falta de referencias explícitas a Cristo y el énfasis en los elementos de la naturaleza contribuyeron a esta percepción de confusión. Para algunos, la ceremonia se asemejaba más a un rito sincrético en el que la ecología parecía primar sobre la fe.
La presencia de figuras públicas como Arnold Schwarzenegger, conocido por sus posturas pro-aborto y pro-LGBT, también generó controversia. Muchos se preguntan cómo la Iglesia puede ofrecer una plataforma a personas cuyos compromisos contradicen abiertamente la enseñanza moral católica. La contradicción es evidente: se insiste en la defensa del planeta, pero se ignora la defensa de la vida humana, amenazada desde el vientre materno.
Los fieles esperaban de León XIV un retorno a lo esencial: Cristo, la cruz, la liturgia y los sacramentos. Sin embargo, en Castel Gandolfo, la impresión fue la de una Iglesia absorbida por el lenguaje de la ecología mundial, relegando al Salvador a un segundo plano. La pregunta sigue siendo urgente: ¿con el Papa León XIV la Iglesia seguirá llamando a la conversión a Cristo, único camino de salvación, o cederá a la tentación de proponer al mundo una conversión ecológica erigida en nueva religión, siguiendo la estela de su difunto predecesor?