La novena en honor a la Virgen de la Paloma comenzó el 6 de agosto, dedicando el 12 de agosto a los Bomberos de Madrid, cuya Hermandad tiene a la Virgen como patrona.
El pasado martes 6 de agosto dio inicio la tradicional novena en honor a la Virgen de la Paloma, un evento significativo para los fieles de Madrid. Durante estos días, se han ofrecido intenciones por diversos grupos vinculados a la parroquia, incluyendo a los anderos de la Virgen, los bautizados en la parroquia y los matrimonios. Este martes 12 de agosto, las intenciones se centran especialmente en los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid, cuya Hermandad tiene a la Virgen como patrona.
Felipe García Berzosa, presidente de la Hermandad Virgen de la Paloma de Bomberos de Madrid, destacó el valor que esta tradición tiene para ellos. "Es algo muy especial que tanto la parroquia como los fieles y el pueblo de Madrid se acuerden de nosotros y de nuestros compañeros, especialmente de aquellos que han fallecido en acto de servicio", expresó. Este año es particularmente emotivo al recordar a dos compañeros fallecidos en Alcorcón, un suceso que ha dejado una profunda huella.
El 15 de agosto marca el día grande de las fiestas, cuando el cuadro de la Virgen recorre las calles del centro madrileño en procesión. Para los bomberos, este día tiene un significado profundo: "Es un día muy vinculado con nuestra fe y con el cariño de la gente", afirmó García Berzosa. La persona encargada de preparar la bajada del cuadro lo hace por motivos personales, lo que añade una carga emocional significativa al acto.
Cada año, según Felipe García Berzosa, esta experiencia es única y emotiva. Aunque la ceremonia se repite anualmente, siempre hay momentos especiales debido a las emociones y compañeros diferentes. La preparación comienza en marzo con ensayos para quienes participan en la bajada del cuadro. Este martes se celebrará una misa en honor a los bomberos fallecidos, un proceso cuidado y sentido por todos.
García Berzosa lanzó un mensaje para todos los madrileños y devotos: "Creo que lo más bonito es que todos podamos disfrutar de estas fiestas castizas sin incidentes". Las fiestas son un reflejo de devoción e identidad madrileña, y la presencia simbólica de los bomberos subraya su compromiso con el servicio y la fe.