El obispo José Luis Retana destacó la misión compartida y la corresponsabilidad laical en la clausura de la Semana de Pastoral en Salamanca, celebrada en la Catedral Vieja con un simbólico envío misionero.
La Semana de Pastoral en la Diócesis de Salamanca concluyó con una celebración en la Catedral Vieja, donde se subrayó la misión compartida de la comunidad diocesana. Durante el evento, se presentaron once maletas, cada una representando diferentes vocaciones dentro de la Iglesia, como signo de unidad y envío en misión. La ceremonia incluyó la bendición del agua y su aspersión a los asistentes, renovando el compromiso de vivir como discípulos misioneros.
José Luis Retana, el obispo de Salamanca, dirigió unas palabras a los presentes, subrayando la importancia de pasar del "yo" al "nosotros" y trabajar por una Iglesia inclusiva y misericordiosa. Animó a los fieles a no temer salir a las periferias y a fomentar la corresponsabilidad de los laicos. Además, invitó a construir una diócesis entusiasta por la persona de Jesús y abierta a las realidades ajenas.
El evento culminó con el envío de los participantes, a quienes el obispo bendijo para que sean "luz en medio del mundo y sal de la tierra". La jornada finalizó con una merienda solidaria en los jardines de la Casa de la Iglesia, en beneficio del Ranquines.