En un contexto marcado por la creciente inestabilidad en Tierra Santa, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, realizó el pasado viernes 25 de julio una visita pastoral a las comunidades latinas de Yenín y Rafidia.
Acompañado por Jamal Daibes y el P. Davide Meli, el Patriarca llevó un mensaje de solidaridad, fe y esperanza a los feligreses que enfrentan duras condiciones de vida a causa de la violencia, la pobreza y el aislamiento.
En Yenín, donde la tensión social se ha intensificado en los últimos meses debido a repetidas incursiones militares y problemas de seguridad, el Cardenal fue recibido con calidez en la Iglesia del Santísimo Redentor por el párroco, P. Amer Jubran, junto con sacerdotes de otras parroquias cercanas y una nutrida representación de fieles. A pesar del sufrimiento acumulado y la destrucción reciente, la comunidad acogió al Patriarca con un ambiente cargado de fe y esperanza.
Durante la Eucaristía concelebrada, el cardenal Pizzaballa alentó a los fieles a mantener viva su identidad cristiana. Posteriormente, se reunió con ellos para escuchar personalmente sus testimonios. El P. Amer habló abiertamente sobre el dolor que atraviesa la comunidad cristiana local. En su respuesta, el Patriarca expresó su cercanía y recordó también a los fieles de Gaza, en particular a las víctimas del reciente ataque a la Iglesia de la Sagrada Familia, donde tres personas perdieron la vida y varios resultaron heridos. “El derecho a vivir con dignidad y seguridad es un derecho humano fundamental”, subrayó Su Beatitud.
Ese mismo día, el Patriarca se desplazó a Rafidia, en Nablus, donde visitó brevemente la parroquia latina. Allí, compartió la lectura del Evangelio y ofreció una sentida reflexión que instó a la comunidad a seguir firme en la fe. Además, brindó información actualizada sobre la situación en Gaza, fortaleciendo los lazos de comunión entre las distintas parroquias.
La visita concluyó con una proyección audiovisual sobre las actividades parroquiales, realizada por los propios feligreses.
Las parroquias latinas de Yenín y Rafidia continúan enfrentando severas dificultades. En Yenín, las restricciones de movilidad, la inseguridad constante y la presión militar han golpeado duramente a una comunidad cristiana ya frágil. Sin embargo, la parroquia se mantiene como un centro vital de fe y esperanza.
En Rafidia, la comunidad también sufre el aislamiento y las dificultades económicas, pero persevera gracias a la fortaleza espiritual y al apoyo del clero.
La visita del Cardenal Pizzaballa no fue solo simbólica. Representó la presencia concreta de la Iglesia junto a quienes sufren. Con su cercanía y escucha, el Patriarca envió un mensaje contundente: en los momentos de mayor dolor, la Iglesia no se aleja, sino que acompaña, consuela y sostiene a su pueblo con la esperanza del Evangelio.
Escribir un comentario