En su catequesis de fin de año, el Papa León XIV reflexionó sobre el Anno Santo, instando a los fieles a meditar sobre los dones divinos y a realizar un examen de conciencia.
En la última Audiencia General del año 2025, el Papa León XIV centró su reflexión en el Anno Santo, ya cercano a su término. Durante su catequesis en la Plaza de San Pedro, animó a los fieles a meditar sobre los dones del Señor y a hacer examen de conciencia para pedir perdón. Al citar a San Pablo VI, destacó que "Dios es amor", una revelación que el Jubileo quiso avivar en el espíritu de los creyentes.
El Pontífice recordó algunos momentos significativos del año, tanto los alegres —como el peregrinaje de numerosos fieles durante el Anno Santo— como los dolorosos, entre ellos la muerte del Papa Francisco y los conflictos bélicos que persisten en el mundo. En este contexto, subrayó la importancia de confiar en la Providencia divina y de pedir que, en el futuro, se renueven los prodigios de la gracia y la misericordia de Dios. A su vez, al aludir al canto del Te Deum, que marca el final del año, insistió en que la gratitud ha de expresarse con alabanza y reconocimiento, y no de modo mundano.
En su mensaje, el Papa León XIV destacó la importancia del "camino" y la "meta" en el contexto del Jubileo y recordó que toda la vida es un viaje hacia Dios. También señaló el significado del paso por la Puerta Santa, que simboliza el "sí" a una Vida Nueva, animada por la gracia y orientada hacia la eternidad. Por ello, animó a meditar sobre estos signos a la luz del nacimiento de Jesús, al recordar que Dios se hizo compañero en el camino hacia la vida verdadera.
En sus saludos a los peregrinos, el Papa León XIV mencionó a los jóvenes de Tierra Santa y a las Ancelle del Sacro Cuore di Gesù Agonizzante, y deseó que su acción apostólica esté sostenida por una intensa oración. Con ello, concluyó reiterando el mensaje del amor de Dios, que es misericordia, perdón y salvación.
