El 24 de mayo, en la catedral de la Almudena en Madrid, el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, ordenó a once nuevos sacerdotes para la diócesis. Este evento, caracterizado por un profundo sentido de devoción y alegría, subrayó la importancia de la entrega total a la vocación sacerdotal.
La ceremonia comenzó con los candidatos prometiendo obediencia y respeto al obispo y sus sucesores. Posteriormente, se llevó a cabo el rito de postración y las letanías de los santos, seguido por la imposición de manos y la plegaria de ordenación, actos que marcaron su consagración. Además, se realizaron ritos simbólicos como la unción de las manos y la ofrenda para la Eucaristía.
Durante su homilía, el Cardenal Cobo enfatizó: "Desde este día os debéis en amor a Jesucristo y a su Iglesia", destacando que sus vidas están ahora dedicadas al servicio divino y pastoral. Este momento no solo culmina su formación espiritual sino que también marca el inicio de su ministerio dedicado a guiar y servir al pueblo de Dios.
El rito fue profundamente conmovedor; tras las promesas, los candidatos se postraron mientras resonaban las letanías, en un ambiente cargado de oración y comunión espiritual. La imposición de manos y la plegaria consecutiva fueron los puntos culminantes donde se invocó al Espíritu Santo sobre ellos.
El cardenal instó a los nuevos presbíteros a ser pastores conforme al corazón de Cristo, atentos a las necesidades de los más vulnerables y siempre cercanos a sus comunidades.
Al concluir el acto, el cardenal Cobo expresó su gratitud hacia los familiares y amigos por su apoyo incondicional y lanzó una llamada esperanzador para que más jóvenes consideren el sacerdocio. "Que esta celebración inspire a muchos otros jóvenes a considerar el sacerdocio", afirmó.
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