Los peregrinos madrileños celebran una misa en Génova antes de regresar a casa

Los peregrinos de Madrid, tras participar en el Jubileo de los Jóvenes en Roma, hicieron una parada en Génova para celebrar la Eucaristía junto a jóvenes de otras diócesis antes de regresar a España.

Tras participar en la vigilia del sábado en Tor Vergata y el envío final del Jubileo de los Jóvenes en Roma, los peregrinos de la archidiócesis de Madrid emprendieron su regreso. Antes de llegar a su destino, hicieron una parada significativa en Génova, donde celebraron la Eucaristía junto a jóvenes de Alcalá de Henares, Burgos y la diócesis anfitriona. El obispo local, Marco Tasca, les dio una cálida bienvenida con un emotivo «bienvenidos a casa», culminando con la expresión española: «Mi casa es tu casa».

Durante la homilía, el obispo Tasca recordó dos pasajes bíblicos que iluminaron el camino de vuelta. Primero, evocó el libro de los Números para animar a los jóvenes a no centrarse en lo que falta, sino a recordar lo recibido: «Dios sueña con veros plenamente felices». Luego, refiriéndose al Evangelio de Juan, habló del milagro del compartir: «No fue tanto una multiplicación, sino un acto de fe». Subrayó que lo vivido en Roma debe compartirse para alimentar la alegría cristiana.

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Antes de concluir la misa, el obispo Tasca retomó una palabra clave del Papa León XIV durante la vigilia: «Quédate con nosotros, Señor». Esta súplica refleja el amor gratuito de Dios. Tras la celebración, Miriam Blanco, organizadora de la peregrinación, expresó su deseo de que lo vivido se refleje en Madrid. Agradeció a voluntarios y responsables por su dedicación y destacó la importancia de llevar esta luz a parroquias y familias.

Esa misma noche, los jóvenes madrileños hicieron una parada en Gerona. Allí fueron recibidos con entusiasmo por los habitantes locales, quienes organizaron una butifarrada como despedida. Este martes 5 de agosto, tras varios días en carretera, los peregrinos regresarán a Madrid. Con ellos vuelven las historias y la certeza de que la Iglesia sigue siendo joven y viva.