El obispo de Bayona anuncia un acto de reparación por el sacrilegio cometido por la "humorista" blasfema Ane Lindane

A comienzos de esta semana se hizo viral en redes sociales el repugnante vídeo de una mujer izquierdista, que dice ser humorista, subida de pie al altar de una iglesia en donde simulaba masturbarse.

La iglesia en cuestión no estaba desacralizada y la propia perpetradora de esta acto obsceno y ofensivo se jactaba de que había entrado a la iglesia con permiso del sacerdote que ingenuamente habría dado su permiso a esta profanadora para que llevara a cabo su teatrillo porquerizo.

Ayúdanos a mantener vivo este proyecto: DONA

La polemista vasca Ane Lindane compartió en sus redes sociales el vídeo en donde se ve que entra en una iglesia, se sube ligera de ropa de pie al altar y empieza a cantar y a gritar mientras hace gestos simulando estar masturbándose con una cruz.

A lo largo de toda esta semana, esta mujer de ideología de extrema izquierda ha aprovechado para lanzar todo tipo de comentarios, improperios e insultos a los católicos demostrando un odio a la fe difícil de superar. La polémica por el vídeo ha sido ampliamente comentada a lo largo de toda la semana hasta incluso en televisiones de tirada nacional en España. Lejos de recular o pedir perdón, Ane Lindane ha defendido su macarrada diciendo a los católicos que "te jodes" si no te ha gustado su "performance".

Ante este lamentable y deleznable suceso, el obispo de Bayona (diócesis en donde ocurrió este acto sacrílego) ha emitido un comunicado para condenar los hechos.

Comunicado de la diócesis de Bayona

"Un vídeo ampliamente difundido en redes sociales revela que un activista, cuya actuación estaba programada en el marco del festival de música "Euskal Herria Zuzenean", realizó gestos particularmente obscenos al proferir violentos comentarios anticristianos el domingo 29 de junio, tras subirse al altar de la iglesia de Arbérats-Sillègue.Estas acciones, que, cabe destacar, ocurrieron en una iglesia dedicada al culto, ofenden profundamente a la comunidad católica", denuncia el obispo Marc Aillet en un comunicado difunfido por el obispado.

El prelado francés reconoce que la actuación de esta provocadora "constituye, a ojos de la Iglesia, un sacrilegio que exige una acción de reparación".