En el marco de su primera visita digital a Estados Unidos, el Papa León XIV intervino por videoconferencia ante 16.000 jóvenes congregados en Indianápolis, durante la National Catholic Youth Conference, retransmitida por Vatican Media, EWTN y otras radios y televisiones internacionales. El encuentro abordó la oración, la interioridad y la búsqueda de profundidad espiritual en una sociedad saturada de estímulos digitales.
León XIV inició su intervención recordando que se celebra el Jubileo de la Esperanza, en el que millones de fieles han peregrinado a Roma. El Papa subrayó que la devoción mariana, especialmente en la memoria de la presentación de la Virgen María, invita a vivir una entrega total a Dios, incluso en un mundo que distrae y fragmenta la atención interior.
La cuestión de la oración ocupó un espacio significativo. Un joven preguntó cómo volver a concentrarse cuando aparecen distracciones. El Papa respondió con humor y cercanía, explicando que a veces conviene seguir la distracción un instante para comprender su origen y volver después a la oración con serenidad. “Dile al Señor: mira, estoy distraído; yo sé que tú me comprendes”, aconsejó.
El Pontífice insistió en que la interioridad no es evasión, sino el espacio donde Cristo transforma el corazón. Animó a dedicar momentos diarios a la adoración eucarística, al silencio y a la lectura de la Escritura, prácticas que permiten escuchar la voz de Dios con mayor claridad.
Aquí integró la llamada jubilar a la grandeza espiritual. Advertir sobre la “comodidad digital” —dijo— es parte de la misión del Jubileo: los jóvenes están invitados a una grandeza que trasciende la inmediatez tecnológica. Citando a Benedicto XVI, recordó que el ser humano no está hecho para la comodidad, sino para la grandeza, una grandeza que se manifiesta en la amistad con Cristo.
El Papa vinculó esta búsqueda espiritual con la construcción de relaciones auténticas. Muchos jóvenes —lamentó— se sienten solos o incomprendidos, lo que les lleva a encerrarse en sí mismos. Invitó a la sinceridad emocional, a abrir el corazón a adultos de confianza y a buscar amistades que conduzcan al bien. “Un amigo verdadero te ayuda a acercarte a Jesús y te anima a pedir ayuda cuando la vida se vuelve difícil”, afirmó.
La tecnología, aunque valiosa, puede obturar la vida interior. León XIV recordó que la superficialidad de las pantallas no puede llenar el alma, que necesita verdad, belleza y bondad, realidades que se descubren en la oración, en la sacramentalidad y en la vida comunitaria.
El encuentro concluyó con una llamada a cultivar la presencia de Dios en cada momento del día, confiando en que Cristo comprende las luchas interiores y guía la vida espiritual de quien se entrega a Él con sinceridad. Tras su bendición, el Papa agradeció la participación de los jóvenes, de los organizadores y de los numerosos medios que acompañaron la emisión, y pidió que todos vivan este tiempo jubilar como oportunidad para un encuentro renovado con Cristo.
