El obispo de Jaén presidió la Eucaristía de inicio del curso diocesano, destacando la importancia de la humildad, la corresponsabilidad y la misión en el servicio eclesial, en una ceremonia en la Catedral de Jaén.
El pasado 16 de septiembre, el Obispo de Jaén presidió la Eucaristía que marcó el inicio del curso de la curia diocesana en el Sagrario de la Catedral de Jaén. La ceremonia contó con la presencia del Vicario General, el Provicario General y otros miembros destacados de la curia. Durante su homilía, el Obispo recordó unas palabras del Papa León XIV sobre la permanencia de la Curia y subrayó la importancia de tres pilares fundamentales: humildad, corresponsabilidad y misión en el servicio eclesial.
Asimismo, hizo referencia al Plan Pastoral para el nuevo curso, destacando la necesidad de avanzar desde la vocación hacia las vocaciones, con un enfoque claro en la corresponsabilidad y el liderazgo evangélico. Propuso tres palabras clave para guiar el trabajo de la curia: humildad, corresponsabilidad y misión, enfatizando que todo servicio debe orientarse hacia Cristo y su Iglesia, siempre en comunión y con un espíritu de unidad.
En su homilía, el Obispo encomendó las labores de la curia a la intercesión de los santos Cornelio y Cipriano, así como a la Virgen María, pidiendo su guía para vivir como verdaderos servidores. Además, solicitó oraciones por los miembros enfermos de la curia, especialmente por el Vicario Judicial. La jornada concluyó con un aperitivo fraterno que fortaleció los vínculos entre los participantes.