El evento reunió a líderes de diversas Iglesias cristianas para conmemorar un siglo de ecumenismo, destacando la importancia de la unidad y el diálogo interreligioso en un mundo dividido.
La Semana Ecuménica en Estocolmo concluyó el 24 de agosto, congregando a líderes de distintas Iglesias cristianas para celebrar el centenario de un evento significativo en la historia del ecumenismo. Durante esta semana, se llevaron a cabo diversas actividades y encuentros que buscaron fomentar la unidad entre las diferentes confesiones cristianas. El arzobispo Pace, figura destacada en este evento, subrayó la importancia de que los cristianos permanezcan unidos como un testimonio vivo frente a las divisiones que aquejan a la humanidad.
En su intervención, el arzobispo Pace enfatizó que la unidad entre los cristianos no solo es un objetivo espiritual, sino también una necesidad urgente en un mundo marcado por conflictos y desigualdades. Según sus palabras, "la unidad es un testimonio poderoso que puede sanar las heridas de una humanidad dividida". Este mensaje resonó entre los asistentes, quienes compartieron experiencias y reflexiones sobre cómo avanzar hacia una mayor colaboración y entendimiento mutuo.
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Además de las intervenciones de líderes religiosos, la Semana Ecuménica incluyó momentos de oración conjunta y actividades culturales que reflejaron la diversidad y riqueza del cristianismo. Estos encuentros permitieron a los participantes explorar nuevas formas de cooperación y diálogo interreligioso. La clausura del evento estuvo marcada por un sentido de esperanza y compromiso renovado para trabajar juntos en favor de la paz y la justicia social.
El Papa León XIV no participó directamente en el evento, pero envió un mensaje a través del cardenal encargado del diálogo ecuménico. En su misiva, el Sumo Pontífice animó a los presentes a continuar esforzándose por superar las barreras históricas que han separado a las Iglesias cristianas. Este gesto fue recibido con gratitud por los asistentes, quienes valoraron el respaldo del Papa León XIV al movimiento ecuménico.
La Semana Ecuménica en Estocolmo concluyó con una declaración conjunta firmada por los líderes presentes, comprometiéndose a seguir trabajando por la unidad cristiana. Este documento destaca la importancia del diálogo continuo y el respeto mutuo como pilares fundamentales para construir puentes entre las diferentes tradiciones religiosas. La declaración final refleja el espíritu de colaboración que caracterizó toda la semana y marca un paso significativo hacia una mayor cohesión entre las Iglesias cristianas.
