El arzobispo de Santiago llama a los jóvenes europeos a “volver al Evangelio” para renovar la esperanza en Europa

El arzobispo de Santiago, monseñor Francisco José Prieto Fernández, hizo este miércoles un llamamiento a los jóvenes cristianos de Europa a “volver al Evangelio” y a convertirse en “testigos auténticos” de la fe, durante su intervención en la presentación del Manifiesto de los Jóvenes Cristianos de Europa, celebrada en la sala de prensa de la Santa Sede.
El prelado compostelano participó en el acto de forma telemática desde la capital gallega, donde evocó el Camino de Santiago como símbolo del itinerario espiritual que la juventud debe recorrer siguiendo a Cristo. “Es una experiencia y una metáfora hermosa del camino que tenemos que recorrer siguiendo a Cristo, camino, verdad y vida”, expresó.
Una llamada a las raíces cristianas de Europa
Monseñor Prieto estructuró su intervención a partir de las enseñanzas de tres papas que, según explicó, iluminan la búsqueda espiritual de la juventud actual. Recordó las palabras de san Juan Pablo II en Santiago en 1982: “Europa, sé tú misma. Europa, vuelve a tus raíces”. Un mensaje que consideró más vigente que nunca en el actual contexto de incertidumbre: “Volver al Evangelio y a una vida transformada según el corazón de Cristo”, afirmó.
También citó a Benedicto XVI, quien en su visita a Compostela en 2010 subrayó que Europa no puede sostenerse únicamente en la tecnología o el desarrollo, sino que necesita una “fe viva” que promueva la fraternidad y el sentido de trascendencia.
Por último, trajo a colación el reciente mensaje del Papa Francisco a los peregrinos del Camino de Santiago en 2024, donde destacaba tres signos esenciales de toda peregrinación: el silencio, el Evangelio y el amor concreto al prójimo. “El Papa nos recordaba que el otro signo es el Evangelio, es Cristo mismo, el Evangelio y la causa del Reino de Dios”, señaló.
“Que renazca la esperanza en esta Europa”
A modo de conclusión, el arzobispo citó a Dante Alighieri: “Aquí en Santiago renace la esperanza”. Una esperanza que, a su juicio, debe extenderse también “a Roma y Jerusalén, invocando la paz”, y que debe renacer “por vosotros, los jóvenes, en esta Europa que necesita volver a sus raíces de vida nueva, raíces de Evangelio”.
El manifiesto presentado busca precisamente implicar a las nuevas generaciones en la reconstrucción espiritual del continente, subrayando la centralidad de la fe en el proyecto europeo.
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