En tiempos donde los valores parecen diluirse en medio del ruido social, conviene rescatar la figura de San Pelagio, un adolescente gallego del siglo X que dio su vida por permanecer fiel a su fe y a la virtud de la castida Su historia, más allá de su dramático final, ofrece a los jóvenes de hoy un modelo radical y luminoso de integridad, valentía y pureza.